Cuando traemos un perro a nuestra familia, estamos incorporando un nuevo miembro a la misma, por lo que educar al labrador retriever es clave para que la convivencia del grupo sea satisfactoria para todos. Hay ideas que son básicas y elementales, pero de tan básicas y elementales hay veces que las olvidamos o confundimos. Por ese motivo nos parece importante dejar claros algunos puntos, antes de ver específicamente que es lo que queremos enseñarle a nuestro perro, y la jerarquía es la base.

jerarquia labrador retriever

El perro es un miembro de otra especie, no es un pequeño humano, ni debemos tratar de humanizarlo. Esto que parece hasta redundante decirlo, no todos los tienen tan claro. Cuando decimos que es un miembro de otra especie quiere decir que se maneja con otras reglas,  algunas de las cuales son fundamentales. Los perros en general son animales  muy sociables que disfrutan vivir en grupo. De hecho, el Labrador Retriever es especialmente sociable, tanto con personas como con perros. La dinámica de ese grupo, desde el punto de vista del perro, se basa en la jerarquía. Hay alguien que manda, y el resto obedece.

La jerarquia es la base de la educación

Nuestro Labrador Retriever debe saber desde el primer día quien manda, que se conoce como alfa del grupo, no es el ni lo será nunca. Deber reconocer una autoridad, y saber que en el grupo, él no tiene a nadie bajo su mando. Esto no lo hace sentir mal, todo lo contrario. Esto lo hace sentir seguro, ya que sabe cuál es su lugar, y sabe que estará protegido. Dado el porte y el nivel de energía de un perro Labrador Retriever, tenerlo como alfa, sería completamente imposible. De hecho, que en un grupo compuesto por humanos y perros el alfa sea un perro, es algo disparatado, pero que lamentablemente vemos con frecuencia.

La jerarquía no se marca ni gritando ni tratando mal al perro. No manda el que grita más fuerte, simplemente el perro tiene que ver conductas en el alfa, que el reconoce instintivamente e interpreta sin problemas.

Un momento elemental es el de la comida. El perro debe ver que la familia humana come primero y él come cuando los demás han terminado. Esto les demuestra que su lugar es el de obediencia. Obviamente que no se trata de que el perro se encuentre junto a la mesa pidiendo comida (mucho menos recibiendo). Debe permanecer sentado y quieto hasta que los demás terminan. Luego, se le sirve a él. Estos detalles son clave para nuestro cachorro.

El paseo es fundamental para el perro. No solo se debe a que el Labrador Retriever necesita mucho ejercicio físico y el esparcimiento que implica ir de paseo. Es el momento ideal para enseñarle obediencia, y nuevamente mostrarle su lugar en el grupo. Por ningún motivo el perro sale primero de la casa. Debe esperar sentado y tranquilo hasta que el dueño sale, siempre delante del perro.

Por razones de seguridad el perro va con el correspondiente collar y correa, por supuesto, los que no deben estar en tensión. El perro camina junto al dueño o algo detrás. Cuando se llega al parque o sitio donde se lo puede soltar, recién ahí puede moverse con libertad delante del dueño, pero no antes. Al regresar lo mismo, primero entra el dueño y luego él. Otro de los detalles fundamentales, que pueden parecernos innecesarios, pero que son muy claros para el perro.

Los juegos los inicia y los suspende el alfa. El perro puede pedir para jugar, pero debe iniciar el juego el dueño. Esperar un poco le hace dominar la casi natural ansiedad del Ladrador Retriever, que siempre parece querer hacer cosas. Cuando consideramos que ya hemos jugado bastante, suspendemos el juego y no hacemos contacto visual. Eso sí, con estos perros hay que jugar mucho.

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