Desde sus orígenes la historia del Labrador retriever ha ido asociada al agua y a la natación. Es un hecho que al Labrador le encanta el agua y que además se mueven por ella con cierta destreza, así que no es siempre despectivo decir a alguien que nada como un perro, pues depende qué perro.
El Labrador es un perro que se caracteriza por su gran inteligencia y su capacidad para aprender, de ahí que hayan cumplido multitud de funciones a lo largo de la historia. Además son animales muy curiosos a los que les gusta explorar lugares y seguir rastros; a esto ayuda su potentísimo sentido del olfato ya que es una de las razas de perros que más desarrollado lo tienen.
Los Labradores, al igual que los Terranova, provienen del llamado perro de agua de San Juan, una raza ya extinta que era empleada por los pescadores en Canadá para recoger las redes de pesca o transportar cabos entre embarcaciones, entre otras labores acuáticas. Es por ello que el Labrador es un perro muy aficionado al agua y que gusta de darse un chapuzón siempre que puede. Está bien preparado para ello ya que posee una doble capa de pelo y una membrana interdigital que les ayuda a nadar más rápido.
Ya sus orígenes están ligados al agua. El Labrador retriever era utilizado como perro de cobro, es decir, perro que acompaña al cazador y que a una orden de éste va en busca de la presa a la que su dueño ha cazado; de hecho ese es el significado de la palabra retriever, cobrador (perro) . A su éxito en este oficio ayudó su inteligencia, su docilidad, su gusto por el agua, su tolerancia al frío, gracias en parte a su doble capa de pelo, su instinto de presa y su disposición para el trabajo duro. Los labradores tienen una gran capacidad para encontrar el lugar donde ha caído la presa e ir a recuperarla, tanto fuera como dentro del agua. Son excelentes buceadores y tienen un fuerte instinto para la búsqueda y cobro de la presa; no dudan en lanzarse al agua por muy fría que esté.
Relacionada con su afición a nadar está la función de perro de salvamento acuático que es una figura no muy utilizada aún es España, pero que sí lo es ya en otros países. Son perros que ayudan en el trabajo de rescatar personas que están en dificultades, incluso inconscientes. Para ello hay que someter al Labrador a un exhaustivo entrenamiento en tierra y agua con el fin de que el perro llegue a dominar varias tareas relacionadas con el salvamento. Es importante entrenar muy bien al animal ya que es un trabajo peligroso en el que se pueden presentar multitud de situaciones diferentes a las que hay que responder adaptándose sobre la marcha, y en las que la vida de una o varias personas puede depender de una actuación correcta. Existen lugares a los que podemos llevar a nuestro Labrador para que le entrenen como perro de salvamento, aunque no vaya a dedicarse a ello, sino como hobby o actividad deportiva. Puede ser divertido aprender juntos y además un perro entrenado en salvamento no está de más.
Por otra parte también podemos, si tenemos la oportunidad, llevar a nuestro Labrador a darse un baño, en un lugar autorizado, y dejarle nadar un rato, ya que es una actividad que además de divertirle, le aportará un extra de ejercicio que le vendrá muy bien para fortalecerse y evitar la obesidad. Si tenemos piscina es muy probable que el Labrador quiera darle uso de vez en cuando así que, si nos parece bien, le podemos dejar disfrutar un rato en remojo. Le gustará, está en sus genes.
Eso sí, debemos tomar algunas precauciones si nuestro perro es muy aficionado al agua ya que podría ahogarse. Por ello no debemos perderle de vista si se mete al agua. Hay que tener en cuenta que, aunque resistentes, son un poco lentos y si las condiciones del agua no son apropiadas, pueden verse en problemas. Es recomendable asegurarnos de que no haya oleaje o corrientes y no dejarle que se aleje mucho, pues podría cansarse, sufrir un calambre o una picadura que le dificultara la vuelta a tierra. Tras un baño también es recomendable aclararles el pelo con agua y secarles con una toalla, ya que el cloro de la piscina y la sal marina pueden ser perjudiciales para su piel haciendo que se les reseque.
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