Debido a la gran inteligencia y sociabilidad de los labradores son tal vez los perros más fáciles de adiestrar. Es fácil porque aprenden fácil y les gusta aprender. No por nada son los labradores los perros que más se eligen para asistencia y para tareas más bien complicadas, como puede ser el rescate de personas. Es un perro que disfruta tanto la compañía que para ellos aprender es jugar con su grupo. Eso sí, tienen tanta energía y entusiasmo que hay que moderar tanta emoción para poder hacer las cosas de un modo eficiente.
El adiestramiento de un labrador comienza el día en que llega a casa. No es que ese día le vamos a enseñar trucos, pero es desde ese momento en que el perro va a saber qué lugar ocupa en la escala jerárquica de la familia. Dado su porte y energía, y por el simple hecho de ser un perro, debe ser desde el inicio que no es ni será nunca el alfa o dominante de la manada. Ese lugar es nuestro y se lo demostramos no con gritos ni malos tratos, sino con actitudes de mando. Para eso, por ejemplo, siempre entramos primero que ellos a casa, y siempre comemos en primer lugar. Nosotros iniciamos y terminamos todos los juegos.
Socializar al cachorro de labrador es algo muy natural para él. Por ese motivo, desde que sus vacunas lo permitan, debe compartir con otros perros (siempre que sean animales seguros) y con otras personas.
Un concepto clave de como adiestrar un labrador, es que se debe hacer en forma precoz y gradual. De a poco pero sin pausa le vamos enseñando. Lo primero a enseñar es el lugar para hacer sus necesidades. Como sabemos que por reflejo el perro va a defecar muy poco después de comer, lo llevamos al sitio indicado y una vez que hace lo suyo, lo felicitamos con mucha alegría. Repetimos MUY BIEN; MUY BIEN y lo acariciamos. Lo mismo cuando orina. Cuando lo hace en el lugar incorrecto, solo sirve corregirlo en el momento que está haciendo. Ahí gritamos NO: y lo llevamos al lugar elegido. La clave es la repetición. Hay perros que aprenden con pocas repeticiones y otros con muchas.
Para enseñarle obediencia y las órdenes básicas, lo ideal es relajarlo un poco con un paseo, y comenzar con el perro algo más cansado. Tienen tanta energía que de otro modo no van a prestar mucha atención. Otra de las claves de como adiestrar a un labrador es esa: calmarlo.
Las ordenes son de una palabra, cortas y siempre en el mismo tono. No le decimos: “ven y camina junto a mi” mientras lo mantenemos cerca con la correa. Decimos JUNTO. En forma seca y clara. De nuevo, cuando el perro comprende y obedece, lo felicitamos siempre con un MUY BIEN; MUY BIEN, y lo acariciamos.
Vamos enseñando una cosa por vez, pero siempre repasamos lo que ya aprendió. Si dejamos de usar una orden dejará de obedecerla. Siempre hay que repetir, pero sin aburrir ni cansar. Una clase normal dada por nosotros al cachorro de la familia dura unos 15 minutos, y lo hacemos siempre que paseamos.
Las primeras órdenes son JUNTO, QUIETO Y VEN. Eso lo debe cumplir siempre. Cuando damos la orden de ven, lo hacemos con el perro a cierta distancia. Luego que lo tiene bien claro, le ordenamos QUIETO, y debe interrumpir la acción. Una vez que se queda quieto le repetimos VEN. Siempre lo felicitamos.
Los chuches no vienen mal, el problema son los excesos. Con estos alegres y enérgicos perros todo tiende al exceso. Aprenden tanto y tan bien, que una simple clase le puede dejar más calorías de las necesarias, y el aprende lo mismo si el premio son felicitaciones y caricias.