El dorado o negruzco pelaje del Labrados Retriever es una delicia. Brillante y sedoso, nos invita a acariciarlo y le confiere un porte de elegancia y belleza únicos. Pero para que se mantenga así debes darle el cuidado adecuado, específico para el largo, volumen y condiciones de su manto. Ten en cuenta estos consejos para que tu labrador se vea estupendo, siempre.

El cepillado y cuidado regular

Una a dos veces por semana debes atender la estética de tu animal. Un cepillado simple puede ser suficiente, recorriendo su cuerpo en tramos medianos a largo, en dirección hacia la parte trasera y hacia el piso, según si estás atendiendo su lomo, barriga o patas. Usa un cepillo de cerdas metálicas y puntas redondeadas, que te ayudará a retirar los vellos muertos, y que retirará la suciedad sólida de su pelaje.

El manto del Labrador se compone de dos capas, una interna más corta y abrigada, y una externa más suave y larga. Asegúrate de hacer suficiente presión con el guante o el cepillo para tocar su piel, pero no demasiado para incomodar o herir al animal. Peina siempre en la dirección natural del pelaje, para preservar su condición impermeable y no causar exposición innecesaria de su piel.

El baño

Aunque se trate de un animal energético y muy activo, el Labrador no requiere de baños regulares. Su pelaje posee aceites hidratantes y protectores que, además, pueden perderse con los baños, por lo que no te recomendamos exceder dos a tres baños anuales, salvo condiciones específicas. Utiliza champús y productos específicamente formulados para canes, aplicándolos sobre el pelaje húmedo con agua caída y retirándolo a la perfección con la ayuda de cepillos de baño para pasar al posterior secado, primero con toallas (en dirección del pelaje) y luego con secador de cabello. No dejes que el animal salga al aire frío sin estar perfectamente seco, pues podría quedar expuesto a enfermedades y al desarrollo de hongos en la piel.

No se recomienda cortar el pelaje del Labrador, pero si hubiera condiciones particulares usa tijeras de muy ben filo y siempre deja un vello de 5 centímetros de largo cuando fuera posible, un poco menos si fuera necesario.

Zonas específicas

Es habitual que algunas zonas se vean sucias, como ojos, orejas y axilas. Estas sí requieren de cierta atención. Una vez por mes higieniza las zonas con agua tibia y un algodón, usando champús secos en las patas y axilas si fuera necesario. Nunca apliques champús o productos en la zona de los ojos, salvo los específicamente formulados para ello, pues podrías causar gran molestia a tu animal ante un contacto innecesario.

Las uñas pueden ser limadas regularmente (cada dos a tres meses), pero deben ser recortadas sólo por parte de personal experimentado. Recuerda que un corte excesivo puede lesionar y hacer sangrar a tu animal, abriendo la puerta a enfermedades evitables con una atención profesional.

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