Tener una hembra preñada en casa es un acontecimiento emocionante. Si bien tanto la gestación como el parto son hechos naturales y no patológicos, es importante tener un control veterinario durante la gestación para asegurar que todo evoluciona como debe, y saber que podemos contar con el veterinario si algo se complica en el parto. No es necesaria su presencia si todo se desenvuelve bien, pero un parto es algo largo e impredecible. Puede parir 7 cachorros con facilidad y sin problemas, pero tal vez con el cachorro número 8 todo se complica, por ejemplo, y es importante poder resolverlo en forma eficiente.parto de un labrador

La gestación de una Labrador Retriever dura en promedio 63 días, pero depende en parte del número de cachorros. Si la camada es muy numerosa (algo muy frecuente en esta raza) la gestación puede ser más breve. Si se sobrepasan los 68 días, puede llegar a ser un problema, por lo que es importante tener clara la fecha de la monta.

Notaremos que un día antes del parto, o unas horas antes, la perra buscará anidar. Debemos adelantarnos y preparar un lugar muy tranquilo, de buena temperatura constante, para que la perra tenga sus cachorros y pueda cuidarlos en las primeras semanas de vida. Ese paridero tiene que reunir algunos requisitos especiales. El suelo debe ser de un material absorbente, que aísle bien del frio y que se pueda renovar a diario. El cartón es el material ideal y lo podemos complementar con papel periódico o ropa vieja. Debemos delimitar los bordes de modo que la perra pueda entrar y salir sin problemas, pero que los cachorros no puedan hacerlo. Recordemos que un poco se desplazan y pueden alejarse y morir de frio.

Le ofrecemos agua a la perra, pero no va a querer comer. Las contracciones harán que se mire los lados de su abdomen. Un líquido saldrá por la vulva cuando comienza el parto. Los cachorros nacen con una frecuencia variable. Entre ellos salen los anexos, que son algo así como membranas que la perra va a ingerir. Ella sabe qué hacer con el cordón y cómo hacer para limpiarlos. No hay que intervenir para nada, solo observamos en silencio. Hay perras que prefieren estar solas y otras que no quieren que su dueño se aleje. En el primer caso observaremos desde distancia, sin molestar, pero tampoco la dejamos completamente sola.

Por supuesto que si un cachorro tiene dificultades si lo haremos, o si la perra no se ve bien. Cuando pasa más de dos horas desde el último cachorro y palpamos que aún quedan por nacer (o lo sabemos por ecografía) es el momento para que venga el veterinario. Lo mismo al terminar el parto, es ideal que tenga un pequeño control.

No es para alarmarse si la perra vomita en el parto, por lo que no es buena idea darle alimentos sólidos. Sin embargo, una vez que ha terminado de parir va a querer comer, si no está muy agotada. Las siguientes semanas serán de mucho trabajo para ella, por lo que la alimentación especial es muy importante, al igual que lo fue en la gestación.

No es buena idea tocar mucho a los cachorros pequeños, por más tranquila que sea la madre. Solo lo haremos en caso de necesidad, y no en las primeras horas, o incluso días. Para ella es importante el cuidado de sus cachorros y no es buen intervenir.

Si en la casa hay niños y nos parece buena idea que presencien el parto, tenemos dos opciones. Lo mejor es filmarlo y se los mostramos. La otra opción es que estén presentes pero con la promesa de no emitir sonidos, algo bien difícil para un entusiasta pequeño. Pero si los pequeños son de verdad pequeños, debemos tener mucho cuidados con los cachorros y la madre en las siguientes semanas, para evitar problemas en ambos sentidos.

Hay que cuidar mucho la higiene del paridero. Se renuevan los materiales con frecuencia y se debe hacer limpieza a fondo, cuidando que los cachorros siempre están con una temperatura adecuada y constante.

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