A menudo pensamos en la persona eligiendo al animal más apropiado de acuerdo a sus deseos y necesidades, como un perro guardián, un cuidador de niños, un perro que no ladre pues vivimos en un edificio densamente ocupado. Pero también tenemos que tomar en cuenta el otro punto de vista, y saber con certeza si somos la persona adecuada para las necesidades que cada raza tiene. Si quieres saber si tú eres “material de Labrador”, hazte estas preguntas y así podrás saber si podrás darle a tu amado perro labrador retreiver un hogar feliz y una vida plena.
Preguntas básicas para saber si puedes darle el mejor hogar
¿Tengo la templanza y el tiempo suficiente para un Labrador?
El labrador es un animal muy inquieto, cariñoso, que necesita jugar, ejercitarse y tener actividad a diario. Si trabajas la mayor parte del día, pasas poco tiempo en casa, es normal que llegues a ver que tu Labrador ha roto muebles o ha hecho pozos en el jardín, producto del aburrimiento y por querer llamar tu atención. ¡Está pidiéndote compañía!
¿Tengo la energía para un Labrador?
Este can necesita juegos y actividad a diario. Si tienes problemas de espalda, debes hacer reposo, estás limitado en el movimiento podrás gozar de la compañía de un Labrador adulto, pero si eres su único cuidador no tendrás la disposición física de ejercitarlo, pasearlo y jugar con él.
¿Tengo una casa apta para un Labrador?
Este perro necesita espacio de independencia donde moverse, jugar y relajarse. Si tienes un jardín, mucho mejor, aunque también podrás sacarlo a caminar una a dos veces por día, para que mantenga su movilidad. En el primer caso, una advertencia: tu casa debe ser cerrada (con cerco, muros, etc), pues es un animal curioso y no es extraño que, si no tiene el límite del cerco, escape hacia la calle, poniéndose en peligro.
¿Tengo la paciencia de atender a un Labrador?
Este animal e de una belleza extraordinaria. Pero también requiere de cierto mantenimiento. Deberás bañarlo, cepillar su pelo unas 4 a 6 veces por semana para que esté siempre impecable, cortar sus uñas y, también, asear tu hogar, en especial las dos veces por año que cambia su pelaje.
¿Gano lo suficiente para darle la vida que merece?
Es un tema de importancia. El labrador es un animal de gran tamaño y de muchísima energía y vitalidad. Es decir: se ensucia mucho (y si no tienes tiempo quizá tengas que llevarlo a la peluquería canina), y gasta mucha energía (es decir: ¡come mucho!). Además es un animal que requiere de una alimentación de alta calidad para proteger su musculatura y esqueleto, pues una mala alimentación sólo derivará en problemas de cadera y otras condiciones de salud. Y si tienes algo de mala suerte también tendrás gastos en visitar el veterinario alguna vez de más.
¿Podré darle atención?
A fin de cuentas, esa es la principal pregunta. El Labrador, como cualquier otro can, es un animal puro, generoso y que te dará su eterna amistad, compañía y amor, sin pedir nada a cambio. Por eso eres tú quien debe disponerse a darle toda esa atención que merece, para que su vida juntos sea simplemente excepcional.