Qué momento maravilloso es recibir a un nuevo cachorro de labrador en casa. Su ternura es incomparable, y tiene toda una vida feliz por delante… siempre que sepas brindarle el hogar y la atención que necesita. Antes de ir a buscar a tu nuevo Labrador, prepara tu hogar y presta atención a estos cuidados que debes tener.

Prepara el hogar para el cachorro de labrador

El Labrador, como cualquier otro cachorro, puede ensuciar bastante. Aún no conoce el sitio donde debe ir a hacer sus necesidades, y es probable que en los primeros días las haga por doquier. Prepara una habitación con baldosas, no con alfombra, donde puedas acomodar su cucha. Es importante que tengas ya la canastilla o la cucha preparada para cuando llegue, y lo ideal es que sea la definitiva. Colócala en un sitio ventilado pero cálido, aislado del piso con cartones si fuera necesario, y coloca allí su plato de alimento y de agua fresca.

Cuando lleguen a casa, luego de las caricias del primer encuentro, debes juntar todas tus fortalezas. A la hora de dormir llévalo a su cucha y cierra la puerta cuando den fin a la jornada. El cachorro llorará, rascará la puerta, pedirá salir de allí, pero es importante que cumplas este primer adiestramiento en los primeros días, para que él o ella sepa que esa es su cucha, ese es el lugar donde debe dormir, y no sobre tu cama o en otro sitios inapropiados para su edad adulta.

El alimento y la bebida

El cachorro siempre debe tener bebida disponible, agua fresca y limpia en un platón adecuado para su altura, de fácil acceso. Coloca uno de base ancha, pues ya que aún no tiene pleno control de sus movimientos, es probable que lo tumbe accidentalmente. La comida debe colocarse a la hora de comer, y no todo el tiempo. Así lograrás entrenarlo también en esta conducta, desde el primer día. Elige alimento adecuado para cachorros, para esta raza, y no agregues leche a su alimento: podrías ocasionarle obstrucciones intestinales y malestares gástricos. Recuerda cumplir con las cuatro raciones diarias, o sigue la recomendación del veterinario que haga su primera revisión.

Las caricias

Es habitual que cuando tenemos a un nuevo cachorro de Labrador en casa queramos tenerlo siempre en brazos y jugar con él. Pero recuerda que es un animal aún frágil en su cuerpo. Hazle caricias con cuidado, preferentemente dejándolo en el piso, para que se acostumbre a que esa es la metodología (y no intente subirse a tu regazo cuando sea adulto). Si tienes niños en casa, enséñales a tratar al pequeño cachorro con cuidado. Un jalón de sus patitas podría ocasionarle serios problemas luego, eso sin mencionar el peligro de que uno de los niños se tumbe sobre el cachorro.

Revisión

Cuando llegue el cachorro de Labrador a tu hogar, haz una primera revisión tú mismo mientras esperas al veterinario. Sus ojos, ya abiertos, deben tener tamaño regular y estar bien orientados al frente, y en un tono uniforme (mayormente de color marrón o avellana). Observa su hocico, firme y recto, algo alargado, y su naricita húmeda y algo fría. Las orejas deben colgar sobre los oídos para protegerlos, recuerda que aún su sistema nervioso está en desarrollo y que debes evitar los gritos y los ruidos muy fuertes cerca del cachorro, al menos en los primeros días.

Finalmente, recuerda cumplir con una alimentación saludable. Si el destete y la lactancia se realizaron adecuadamente, un pienso seco o húmedo para cachorros será lo necesario. No le des legumbres, patas ni alimento de humanos aún, su sistema digestivo aún está algo débil. Cumple con las racione en sus horarios (cuatro al día en los primeros 6 meses), en la cantidad adecuada según su edad y peso. El médico veterinario sabrá indicarte si se debe complementar con otros productos, sigue su recomendación para que tu cachorro de Labrador tenga un óptimo desarrollo y una feliz vida en tu hogar.

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